Mis primas contentas de ver a sus padres y yo a mis tíos que venían del Rocio, recuerdo como mi tío Luis nos montaba en la carreta, que tanta ilusión nos hacia.
Con el tiempo esa ilusión se convirtió en Fe, Fe Rociera, Fe a la virgen del Rocio, de ahí este pequeño homenaje a mi tío Luis carretero de siempre. Gracias por aquellos momentos vividos que perduraran en mi memoria.